she gave him another heartfelt chance ... but his aftertaste lingered horribly in her heart.
Tuesday, November 27, 2012
El día del pavo (y santería ...)
En Latinoamérica es común que ciudades y
pueblos tengan nombres de santos, que celebremos fiestas patronales y el
día de nuestro santo. Cuando vine a vivir a los EE.UU. me sorprendí al
enterarme que la gente se estaba preparando para festejar a un santo.
Nos dieron vacaciones en el colegio, iba a haber un gran desfile, y los
almacenes tenían ofertas. La explicación que nos dieron en la escuela
me pareció interesante pero no entendí la conexión con este santo, y
jamás había escuchado de él.
San Antonio |
Turkey Day
In Latin America many of our towns and
cities are named after saints, we have fiestas patronales, and we
celebrate our saint’s day. When I came to live in the United States I
was surprised that Americans were getting ready to celebrate a saint: we
were going to have time off from school, there was going to be a big
parade, and all the stores had sales. I found the explanation to this
holiday interesting, but I didn’t see any connection with a saint, or
had ever heard of him.
San Pascual, patron saint of cooks |
Una escuincla babosa se enamora de México
A los seis años me tomó completamente por
sorpresa cuando mi mamá nos dijo a mi hermana y a mí que nos
regresábamos a vivir a Panamá –pensé que había nacido en Puerto Rico. Al
principio no se me hizo difícil adaptarme, en particular porque lo que
me gustaba comer se conocía con nombres diferentes: mantecados eran
helados, limbers eran duros, chinas naranjas, y piraguas eran raspados.
Mis nuevos amiguitos me ayudaron con los cambios lingüísticos y a ser
más panameña. Esto fue algo muy significativo ya que desde entonces
empezó mi amor por las palabras y por la comida.
How a brat fell in love with México
When I was six years old I was
surprised when my mother announced that we were moving back home to
Panamá -it never occurred to me that I wasn’t Puerto Rican. Puerto Rico
was the only place I thought of as home. Moving back home required many
adjustments, especially linguistic ones: mantecados were helados,
limbers were duros, chinas were naranjas and piraguas were raspados. I
adjusted and learned how to be more Panamanian with the help of my new
friends who helped me learn the proper names of things. This was a
significant event because it combined two things that have shaped my
life: the love of food and the love of language.
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